Si bien el proyecto editorial se origina con los atentados de septiembre de 2001 contra las torres gemelas del World Trade Center en Nueva York, Ola Financiera nace y publica su primer número en septiembre del año 2008, a pocos días de la bancarrota de Lehman Brothers. Hace ya tres lustros de aquel lunes, 15 de septiembre, cuando el mundo amaneció con la noticia que las autoridades no habían podido lograr los acuerdos de un rescate o venta ordenada para el banco, como si fue el caso de Bear Stearns casi medio año antes. A partir de ese momento, había una cascada de rescates en los Estados Unidos (EU): de las mayores empresas automotrices; de la banca hipotecaria semi-pública; y de los múltiples mercados de Wall Street con diversas facilidades para conseguir colateral de última instancia, y de varios programas de compra de activos financieros respaldados por el prestamista de última instancia.

Hablar de Lehman Brothers, es hablar sobre todo de las respuestas de las autoridades. No rescatar al sistema por la caída de una pieza, implicaba la contracción económica y seguramente, en el corto plazo, hubiera sido mayor. Pero sin rescate, o con un rescate bajo otros términos, también sería diferente nuestro presente. Como los EU detentan la mayor economía del mundo y el Patrón Dólar, el rescate ha tocado casi todo elemento del sistema económico internacional con implicaciones mayores. Así, la decisión de rescatar a Wall Street a toda costa marcó un punto de inflexión histórico dentro de los EU, tanto en su política como en sus mercados financieros. Sus ramificaciones también han marcado un parte aguas en la economía internacional y la balanza de la paz mundial. 

Ninguno de los resultados dentro del país puede legítimamente considerarse positivo.  El diseño del rescate ha garantizado la creciente polarización de la nación.  Al lanzar las políticas de flexibilidad cuantitativa bajo la perspectiva amplia de presupuestos equilibrados, la generosidad estatal hacia Wall Street tiene que ser equilibrada por el castigo que impone la austeridad para el resto de sus habitantes. No es solamente que la política monetaria ha venido a dominar la política fiscal, sino que el sistema político y legal también han cambiado. Posteriormente a la caída de Lehman, se agrega la doctrina "demasiado grande para enjuiciar" encima de "demasiado grande para quebrar".  Además, ambos partidos políticos dominantes ya son los partidos de guerra y de Wall Street. Mientras muchos gastos presupuestarios se pelean en el congreso, siempre hay lugar en este para rescatar mercados o echar más fuego a la guerra.  

Si bien no ha habido respuesta efectiva de la sociedad para frenar estos sucesos domésticos negativos, puede ser que si se encuentren afuera. Una vez que el motor crediticio de los EU se descompuso, la banca pública en China llenó la brecha de creación crediticia a nivel global, y en años posteriores, se lanzó el mayor programa de infraestructura física en la historia. Al parecer, actualmente está considerando lanzar una nueva divisa internacional para competir con el patrón Dólar. China también ha surgido como un par de EU a fin de mantener la tambaleante balanza global de la paz.

Frente a un futuro inmediato altamente incierto, lleno de amenazas diarias de nuevos y mayores desastres financieros y bélicos, y del alto y preocupante avance implacable de la tecnología, se refrenda la urgencia de entender nuestro mundo en acelerado cambio. El poder y el dinero se están redistribuyendo en el mundo actual y las ciencias sociales requieren cada vez más análisis e información precisa sobre estos temas. Un mundo con una nueva distribución de poder y potencias emergentes y en declive está produciendo efectos diversos en casi todos los sectores productivos y mercados de las distintas regiones del mundo.

En esta entrega de Ola Financiera, hay una selección de artículos que proponen desde diversas perspectivas el estudio de la financiarización, banca de sombra, moneda digital, efectos locales (México) de la crisis subprime, y lecciones aprendidas de esta crisis. Todavía falta mucho para entender las causas y los efectos del suceso histórico analizado en este número, y las aportaciones presentadas aquí ofrecen una valiosa contribución en este sentido.

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